En la ex estación El Provincial harán el primer parque cerrado de la Capital
La intendencia de capital proyecta la puesta en valor del predio de 27.000 metros cuadrados ubicado sobre avenida Roca del 500 al 700. Allí se encuentra el emblemático edificio de la ex estación El Provincial que desde hace años está abandonado y ocupado por varias familias.
El municipio espera que se cierre el traspaso para poder llamar a licitación por $ 56 millones.
El proyecto ya está. El monto de la licitación, también. Solo faltan ajustar algunos detalles técnicos del traspaso del predio para que se ponga en marcha el proyecto que podría devolverle a la zona sur de la ciudad un espacio verde de 27.000 metros cuadrados.
“Hoy los vecinos no lo pueden usar porque ese sitio se ha convertido en una guarida”, opinó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana del municipio de capital.
La extensión total equivale a tres manzanas que están ubicadas sobre avenida Roca entre el 500 y el 700. En el mismo predio están emplazadas dos escuelas, una para ciegos y otra para sordos. Además, se encuentra el viejo inmueble de la estación El Provincial que lleva años de deterioro y que se ha convertido en el hogar precario de seis familias, según precisó Lobo Chaklián.
“El intendente está en tratativas para el traspaso definitivo del predio y así poder hacernos cargo y llamar a licitación”, añadió el funcionario. El monto de la obra será de $56 millones -confirmó el funcionario- e incluye todo lo que se necesita para convertirlo en parque: caminerías, luminarias, pista de salud, mobiliarios, plantas y árboles. También está contemplada la refacción del inmueble y una calle que separará las escuelas del parque.
La novedad es que el diseño incluye un enrejado perimetral que servirá para restringir el acceso en algunos horarios. Esto se debe a dos razones. La primera es conjurar el vandalismo que destruya los bienes públicos. La segunda es la seguridad del vecindario. “Creemos que le va a caer muy bien al vecino, ya que hoy no lo puede usar”, aseguró Lobo Chaklián. Será el primer parque público de capital que podrá cerrarse.
El municipio da por sentado que la revalorización del parque reflotará la zona y que la hará atractiva para el crecimiento inmobiliario. “Las características de todo el barrio van a cambiar. Hoy a esa zona le está faltando vitalidad, pero con esto se va a generar la posibilidad de que la ciudad se vaya expandiendo”, avizoró el funcionario.
Desde hace varios años los robos en la zona han motivado la queja de los vecinos. Además, en la zona llegó a armarse una feria de venta informal.
Museo, ¿sí o no?
Todavía no está definido el destino que se le dará el viejo edificio del ferrocarril. Se había dicho que podría ser un museo que reúna la historia del tren en Tucumán, pero esto no es definitivo, mencionó el funcionario. Primero -dijo- hay que constatar en qué condiciones están las estructuras y cómo se lo puede recuperar.
Para esto, adelantó, el municipio va a contar con la colaboración de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, que a partir de un convenio, establecerá las pautas para la puesta en valor del edificio.
Esta estación, junto con varias más, figura en el listado de bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Provincia (Ley 7.535), por lo que su puesta en valor también va a precisar de la intervención de la Comisión de Patrimonio.
En mayo de este año desde el municipio habían señalado que su recuperación era solo “una expresión de deseo” que parecía un poco lejos de concretarse. Hoy el escenario cambió y aseguran que el traspaso ya está acordado. Solo faltan precisar detalles.
Todo el predio, con el edificio incluido, pertenecía al Organismo Nacional de Administración de Bienes (ex Onabe, hoy denominado ADIF). En 2002 fue transferido a la provincia y en 2005 se construyeron las escuelas Luis Braille, para niños ciegos, y Próspero García, para chicos sordos.
La estación se inauguró el 8 de septiembre de 1889 durante la gobernación de Lídoro Quinteros. En 1899, la compañía propietaria Ferrocarril Noroeste Argentino vendió sus acciones al Ferrocarril Central Córdoba. La línea dejó de operar en 1978.
El inmueble tiene dos pisos, cubierta de tejas, grandes ventanales y un balcón a lo largo de todo el frente. De a poco ha sido saqueado, incluso los pisos de madera y la escalera fueron incinerados como leña por las familias que se asentaron allí.
«La ciudad está en proceso de redensificación»
“Sería fantástico que se invirtiera dinero en los edificios patrimoniales”, sostuvo Gabriela Lo Giudice, arquitecta y miembro de la comisión de Patrimonio de la provincia. Una vez que el proyecto para la recuperación del edificio -que forma parte de los bienes del patrimonio cultural- esté listo deberá pasar por el análisis de esta comisión. “No hay indicaciones acerca de lo que se puede hacer o no allí. Cuando nos presenten el proyecto lo que se hará será llamar a una comisión evaluadora ad hoc”, indicó Lo Giudice. Estos son los pasos a seguir: la comisión se reúne para evaluar el proyecto con el fin de determinar si lo que se quiere hacer no le restará valor patrimonial al inmueble. Luego de eso emite una opinión al respecto.
“Todo aquello que signifique rescatar y revalorizar parte de nuestro patrimonio siempre va a contar con el apoyo de la comisión”, adelantó la profesional, quien agregó que si además del rescate de un edificio se le suma la puesta en valor de los espacios verdes circundantes, entonces es doblemente satisfactorio.
“Hoy la comunidad requiere más lugares abiertos porque la ciudad está en proceso de redensificación. A veces los metros cuadrados están, pero no la infraestructura y los servicios necesarios para que el vecino pueda aprovecharlos”, reflexionó Lo Giudice.
No sólo esta estación está protegida, sino muchas más que están ubicadas en el interior. Lo Giudice reconoció que se debería hacer un repaso para ver el estado en el que están las demás.
PUNTO DE VISTA
Cuanto más abierto, mejor
Daniela Moreno – Arquitecta e investigadora de la DAU
Resulta sin duda plausible toda iniciativa que permita recuperar al uso público el antiguo edificio de El Provincial y su entorno –tres manzanas libres-, terrenos que pertenecieran al sistema ferroviario y que hace tantas décadas se encuentran abandonados y subutilizados.
En relación a la consulta requiriendo mi opinión acerca de transformar la superficie libre existente en un parque cerrado, considero que este es un tema que requiere de un profundo análisis. Ante la creciente tendencia a la privatización del espacio público que se ha observado en los últimos años en gran parte de las ciudades, es necesario replantearse propuestas que impliquen una limitación a su uso, argumentando criterios de seguridad, que sin dudas pueden resolverse de diversas maneras.
El espacio público urbano es el único espacio de uso común de la ciudad; en ese sentido debe estar abierto y ser accesible para todos.
Una ciudad es un escenario; un espacio público que, cuando más abierto esté a todos, más expresará la democratización política y social. Por el contrario, las dinámicas privatizadoras del espacio urbano suponen una negación de la ciudad como ámbito de la ciudadanía.
Por ello, considero que hay que tener mucho cuidado cuando se apela a recursos que corresponden a modelos foráneos que nada tienen que ver con la dinámica de nuestras ciudades y que muchas veces derivan en la pérdida de su utilización activa, significación e identidad.
La larga historia
Hay una ordenanza de 1997 que solicitaba la creación del parque “Lola Mora” y un museo
Cuando se concrete la revalorización del edificio de la ex estación El Provincial y su entorno verde, entonces se cerrará un capítulo largo en la historia de este sitio.
En 1997, una ordenanza municipal (N° 2.530) declaró de interés municipal el proyecto de creación del parque en los terrenos de la estación de El Provincial. Ese espacio verde -señalaba la norma- debía llevar el nombre de “Parque Lola Mora” en homenaje a la escultora tucumana y el edificio (correspondiente a la ex estación) debía funcionar como centro cultural y museo Ferrourbanístico.
Además, le solicitaba al Departamento Ejecutivo municipal que arbitrara los medios (ante la Provincia y ante la Nación) para que el edificio de la estación y el predio fueran transferidos a favor del municipio. El concejal, Raúl Pellegrini fue el autor de esa ordenanza y en 2016 de un proyecto de resolución que reitera -en términos generales- el mismo pedido.
En 2004 se había barajado la posibilidad de que allí se emplazara un centro de Convenciones y de juegos de azar. Así lo había manifestado el ex ministro de Economía, Jorge Jiménez; pero hubo resistencia, así que esta idea no prosperó.
Salvo la construcción de dos escuelas en 2005, en el resto del predio no se hizo mucho más. Incluso en 2014 hubo un intento de llevar a los vendedores ambulante hacia aquel sitio. Las quejas de los vecinos llovieron y tuvo que intervenir la Defensoría del Pueblo, que solicitó al municipio que buscara la forma de evitar que se asentaran allí, de manera definitiva, los puesteros. Además, le recordó al poder Ejecutivo provincial que debía acelerar los trámites ante la Nación con el fin de terminar el traspaso del edificio al municipio.
Otros parques cerrados
El parque Percy Hill y la casona del parque Guillermina también se encuentran protegidos
En 2012, los funcionarios municipales se quejaban de lo complicado que era el mantenimiento de la antigua casona del parque Guillermina debido al vandalismo. Su historia era casi trágica, ya que desde que el municipio se había hecho cargo de esa quinta no habían logrado que la casa funcionara regularmente. En 1997, un grupo de vecinos armó una fundación para protegerla, pero en 2005 le devolvieron la casa al municipio porque la inseguridad, el saqueo y los robos los habían agotado. Además, nunca habían logrado que la intendencia capitalina les diera un empleado para que atendiera al público.
Finalmente, en 2014 esta residencia de fin de semana de Alfredo Guzmán y su esposa, Guillermina Leston, fue protegida por una reja perimetral de 3,5 metros de alto. Además, se le colocó alarma monitoreada. Este fue el final de los problemas y la casona pudo, al fin, lucir sus galas e imponencia. El edificio se encuentra en el corazón de las 35 hectáreas de la Quinta Guillermina que fue expropiada por la municipalidad en 1970. La casa es obra del arquitecto José Graña, autor de la sede de la Federación Económica de Tucumán (FET).
Otro caso es el célebre parque botánico Percy Hill. Casi dos hectáreas que hacen gala de conservar la selva de las yungas tal como era antes de que la urbanización comenzara a ralearla. Fue propiedad de Percival Hill y sus hijos donaron esta porción de parque al municipio de Yerba Buena con la condición de que se convirtiera en un espacio para la comunidad y para la investigación biológica. En 1995 se decidió cerrarlo porque había sido víctima de la tala y eso ponía en peligro la existencia de sus especies. Varios años demandó su recuperación y desde hace algún tiempo comenzó a abrirse para actividades de la comunidad.