Los números y las zonas calientes de los secuestros extorsivos en el país
La Unidad Especial de la Procuración analizó 115 casos ocurridos en el último semestre del año pasado.
La UFESE es el ala de la Procuración dedicada a la persecución y análisis de los secuestros extorsivos. Creada por Alejandra Gils Carbó y comandada por el fiscal federal Santiago Marquevich -un veterano en la materia, secretario durante años en la Fiscalía Federal N°1 de Morón, una de las jurisdicciones más calientes del país- la UFESE fue una respuesta técnica, más sofisticada, a un problema constante en el delito argentino.
Con vínculos con cada fiscal federal que investiga la problemática, la Unidad comenzó su tarea en junio del año pasado. No solo se trata de coordinar tareas entre fiscales y apoyar los expedientes con recursos y especialistas: se trata también de trazar políticas para litigar en los tribunales cuando los secuestradores llegan a juicio para lograr condenas, de contener y apoyar a víctimas en sus declaraciones y ruedas de reconocimiento, de ser un enlace entre fiscales y organismos como la AFI, los ministerios y secretarías de seguridad, registros automotores y de propiedad inmueble, la unidad de escuchas de la Corte y las empresas de telecomunicaciones. También, se trata de acumular y desmenuzar información para establecer patrones.
A fines de la semana pasada, la UFESE elevó su primer informe semestral, al que accedió Infobae: comprende los 115 casos de secuestros extorsivos que ocurrieron en toda la Argentina entre junio y diciembre, los primeros seis meses de actividad de la Unidad.
En ese período, la UFESE ofreció 257 asistencias a investigaciones en todo el país, medidas de prueba, confección de escritos, asistencia técnica. Y lo que hay detrás de esos 115 casos -con un total de 229 registrados en todo el año– es por lo menos revelador.
Casos como los de Axel Blumberg o Cristian Schaerer, raptos agónicos de varios días que terminan en muerte o en un alto nivel de violencia ya no son la regla. Hoy, los secuestradores trabajan al voleo, casi sin inteligencia previa; golpean fuerte, golpean rápido y cobran con éxito.
De acuerdo a los análisis de la UFESE de todos los expedientes del último semestre, 80% de los casos investigados terminaron en un pago de rescate. 41% de los hechos apenas duraron entre una y dos horas, otro 33% del total se extendió unas cuatro horas. El 84% de los secuestros fueron cometidos por equipos de menos de tres delincuentes.
En el 95% de los casos las víctimas no van a un piso, una casa para ocultarlos: toda la secuencia ocurre en sus autos o en el vehículo de los secuestradores mismos. La negociación es hecha desde el celular mismo de la víctima. Y los autos de alta gama son el imán que los llama: la UFESE determinó que 39% de los secuestrados en el segundo semestre del año pasado manejaba un vehículo con un precio mayor a 350 mil pesos, un factor clave para ser seleccionados al voleo, frenados y encañonados.
La noche es la hora preferida para raptar: el 51% de los hechos ocurre entre las 20 horas y la medianoche. Los secuestros en grupo siguen siendo son una rareza, con 72% de los casos con tan solo una víctima. Los hombres también son la norma entre las víctimas; 67% de secuestrados son de sexo masculino. El 89% de los raptados son adultos.
Según la UFESE, el delito bajó: en el segundo semestre de 2016 hubo 42 hechos menos que en el mismo período de 2015. También, la Unidad reveló otro dato poderosamente llamativo: las jurisdicciones Lomas de Zamora y Morón, en conjunto, concentran el 65% de todos los secuestros de todo el país.
El equipo de Marquevich trazó un grafico con la carga de las fiscalías federales por jurisdicción. La Fiscalía N°2 de Lomas de Zamora, a cargo del doctor Sergio Mola, tuvo el récord en el país: 23 casos en el semestre, seguida por la N°1 de Morón del doctor Sebastián Basso con 20 expedientes. Las dos dependencias que quedan en ambas jurisdicciones investigaron 16 hechos cada una. Quilmes sigue la lista con nueve secuestros.
Lo que viven los fiscales de la zona oeste es un contraste casi brutal con sus colegas en Comodoro Py en cuando a secuestros extorsivos. Las doce fiscalías de Retiro, en el mismo período, acumularon solo 17 casos en total, con 34 en todo el año. El pico fue en el turno de la primera quincena de marzo: la Fiscalía N°5 del doctor Franco Picardi tuvo cinco casos. Hubo 36 en todo el país aquel mes.
Sebastián Basso, titular de la Fiscalía Federal N°1 de Morón -Marquevich, cabeza de la UFESE, fue precisamente su secretario- tiene el hábito histórico de marcar con un círculo rojo cada secuestro en un mapa de su jurisdicción pegado en la pared de su despacho. Así, los círculos forman una línea: el Acceso Oeste suele ser el foco, con los accesos a los diversos countries de la zona. Así, Basso tiene su propio mapa del delito. La UFESE hizo lo mismo con sus datos: los remitió a la DAC, el área de la Procuración que se encarga de establecer estadísticas y patrones de delito con información de expedientes.
En su análisis, la DAC pudo establecer, de todas las causas de 2016, 113 lugares precisos de privación de la libertad en la provincia de Buenos Aires y 28 en Capital. En territorio bonaerense, las capturas fueron en zonas residenciales, de poco tránsito, pero cercanas a avenidas y autopistas. En Capital, los secuestros se concentraron en tres puntos: las zonas adjuntas a la autopista General Paz, la 25 de Mayo y la avenida Juan B. Justo.